En Castilla - La Mancha tenemos nuestra propia Ley de Igualdad, la Ley 12/2010, de 18 de noviembre, de Igualdad entre Mujeres y Hombres de Castilla-La Mancha (DOCM de 25 de noviembre).
Artículo 31. Igualdad de trato y de oportunidades en la educación no universitaria.
1. La Administración educativa castellano-manchega aplicará la transversalidad de la igualdad en la elaboración, desarrollo y seguimiento de todas las actuaciones que correspondan a la comunidad educativa, consolidando la coeducación en los distintos niveles, etapas, ciclos, grados y modalidades del sistema de enseñanza, que garanticen y fomenten la formación de mujeres y hombres en función de sus potencialidades sin prejuicios de género.
2. Para hacer efectivo el derecho a la igualdad en todos los niveles educativos, la administración educativa incorporará:
a) El fomento de la autonomía personal, conocimientos y habilidades necesarias para poder asumir la corresponsabilidad familiar y doméstica, con independencia del sexo de la persona.
b) El aprendizaje de habilidades en la prevención de la violencia de género y en la resolución pacífica de conflictos.
c) La educación afectivo-sexual y la prevención de las dependencias emocionales, los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual.
d) La formación sobre ciudadanía y en el respeto a la diferencia y la diversidad.
e) La formación sobre la contribución de las mujeres a la ciencia, la historia, el arte, la política y al desarrollo humano.
f) El aprendizaje de habilidades de participación socio-política.
g) El fomento del acceso de las alumnas a las nuevas tecnologías y a las ramas profesionales de la ciencia y la técnica.
h) El fomento del acceso de alumnos a ramas profesionales de humanidades, de cuidado personal y otras en las que mayoritariamente están representadas las mujeres.
i) La realización de un plan de igualdad, que será elaborado por la Consejería que ostente las competencias en materia de educación.
Artículo 32. Materiales curriculares e inspección educativa.
1. La Administración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha garantizará que los libros de texto y materiales curriculares utilizados en los centros públicos y concertados carezcan de prejuicios culturales y de estereotipos sexistas o discriminatorios, incidiendo en la erradicación de modelos en los que aparezcan situaciones de desigualdad o inciten a la violencia de género.
2. En el proceso ordinario de inspección, la administración educativa de la Junta de Comunidades velará por el respeto del principio de igualdad y no discriminación en los materiales curriculares.
3. La Administración educativa deberá, igualmente, garantizar la formación del personal de inspección en materia de coeducación, igualdad de trato y oportunidades de mujeres y hombres y en prevención de violencia de género.
Artículo 33. Formación del profesorado.
1. La Junta de Comunidades y la Universidad de Castilla-La Mancha integrarán en los planes de formación inicial y continua del profesorado, contenidos en materia de coeducación, igualdad de trato y oportunidades de mujeres y hombres, y prevención de la violencia de género.
2. En cada centro educativo existirá una persona responsable de coeducación, con formación específica en la materia y cuya función primordial será impulsar la igualdad de género y prevenir la violencia de género mediante la enseñanza de métodos no violentos para la resolución de conflictos.
Artículo 34. Consejos escolares.
1. En todos los consejos escolares de los centros públicos o concertados de Castilla-La Mancha deberá haber, como mínimo, una persona, de entre sus componentes, encargada de impulsar medidas educativas que fomenten la igualdad real entre hombres y mujeres y la prevención de la violencia de género.
2. Trienalmente el Consejo Escolar de Castilla-La Mancha realizará un informe de las iniciativas adoptadas para el fomento de la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Modificado por Ley 4/2021, de 25 de junio (DOCM 123 de 30/06/2021, de medidas racionalizadoras para gestión de los fondos europeos), la cual La disposición final cuarta modifica el apartado 2 del artículo 34 de la Ley 12/2010, de 18 de noviembre, de Igualdad entre Mujeres y Hombres de Castilla-La Mancha, para que el informe del Consejo Escolar sobre las iniciativas adoptadas para el fomento de la igualdad efectiva de mujeres y hombres se emita cada tres años en vez de anualmente; y ello, porque los resultados de la implementación de políticas en materia de educación, no resulta apreciable de un curso a otro, sino a más largo plazo.
También hay que citar por sus características la Ley 6/2019, de 25 de noviembre, del Estatuto de las Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha (DOCM de 28 de noviembre).
14.2.2.- Educación para la igualdad en los centros educativos
El alumnado es un reflejo de la sociedad y los valores que ha adquirido en su día a día lo trasladan a las aulas. Las chicas llegan a clase sin apenas referentes femeninos debido a la escasa presencia de mujeres en libros de texto. Uno de los problemas que nos encontramos a la hora de estudiar el currículo oculto es que la escuela puede estar transmitiendo una enseñanza sexista y no ser consciente de ello.
Es imprescindible una formación del profesorado en igualdad y que se analice con sentido crítico qué actitudes se transmiten en las aulas y qué contradicciones existen entre el currículum formal y el oculto. Desde el análisis del currículum oculto, se puede atajar el trato desigual que recibe la mujer en cuestión de contenidos curriculares.
Los estereotipos que se transmiten en los centros educativos, ya sean a través del reparto de materiales didácticos, materiales deportivos, etc., no se hace de una forma consciente, pero no es menos cierto , en general, falta formación par que el profesorado pueda detectar posibles estereotipos que se transmiten en las aulas.
La escuela, junto con la familia, tiene un importante papel en el proceso de formación de los chicos y chicas. Se tiende a confundir enseñanza mixta con enseñanza coeducativa.
La escuela, como institución social y educativa, potencia modelos de comportamiento que adquieren hombres y mujeres y una serie de valores asociados al género que se pueden denotar en nuestra realidad a través de consideraciones y representaciones que realicemos respecto de lo femenino y de su relación con lo masculino
La familia, la escuela y los medios de comunicación son modelos que potencian los estereotipos. Presentan a las niñas como frágiles y dependientes, y a los chicos como independientes y fuertes.
En la familia se repiten los estereotipos y se trata de forma distinta a los niños y a las niñas, estos roles son trasladados a las aulas.
La escuela no es neutral y contribuye a la transmisión de modelos sexistas, sobre todo en la orientación profesional y vocacional.
En la escuela se manifiesta el sexismo en diferentes ámbitos: libros de texto, lenguaje utilizado, estereotipos, etc. Atajar el sexismo en todos los ámbitos es necesario y prioritario
En las escuelas de secundaria es donde más podemos comprobar que el sexo condiciona los intereses profesionales. Las chicas suelen elegir profesiones que están al servicio de la comunidad, mientras que los chicos tienen preferencia por la tecnología. Elecciones que ponen en cuestión la igualdad dentro del sistema educativo.
En los centros educativos se debe favorecer que tanto los chicos como las chicas elijan su futuro laboral en función de su vocación, aptitudes e intereses personales y no sean opciones socialmente impuestas, libres de estereotipos de género.
En la escuela, como en el resto de la sociedad, existe una dicotomía entre la norma escrita y la práctica habitual en las aulas. Es imprescindible la reflexión y el trabajo para que la educación garantice la igualdad de oportunidades entre chicos y chicas. Deben detectarse aquellos comportamientos y actitudes sexistas ocultos en las prácticas habituales debido a su “normalización”.
La figura de los/as enseñantes es fundamental. Son modelos de referencia a la hora de seleccionar contenidos para el aprendizaje y a través de “el currículo oculto”.
En la lV Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre las Mujeres (Pekín), se afirma que el profesorado debe contribuir a la creación de un ambiente educacional sensible a las necesidades de cada sexo y la creación de una serie de medidas para la eliminación de esterotipos sociales en el sistema educativo Pero no es la escuela la única que favorece los estereotipos de género y que se discrimina a las chicas por razón de sexo, también lo podemos detectar en ámbitos como la familia, el lenguaje, medios de comunicación, el mercado laboral...
Educar en igualdad y para la igualdad no se consigue de forma automática en un contexto en el que queramos o no, aún estamos condicionados todos y todas por determinados estereotipos y por los últimos latigazos de una cultura que tradicionalmente ha sido androcéntrica. Reconocerlo es un primer logro. Pero no es tarea fácil cambiar moldes. Así lo demuestran muchas de las investigaciones que han servido para diagnosticar el pulso de la situación. Sin embargo, hay ya múltiples experiencias que poco a poco van avanzando en el camino de la coeducación y empieza a crearse un clima favorable. Además de las que se han ido destacando en esta guía, podemos citar otras iniciativas que se están impulsando a nivel institucional:
El sistema educativo no puede eliminar por si solo las diferencias insertas en el conjunto de la sociedad, pero el cambio ha de producirse en algún punto o momento, o en varios... y la educación es una pieza esencial para el cambio (Subirats, 1999).
LOGSE igualdad real currículum, LOE retroceso justifica escolarización segregada por género amparada en temor rendimiento chicos baje, dimorfismo sexual y libertad elección centro
Jackson, 2002 establece que segregación favorece rendimiento chicas y perpetúa valores machistas.
Desigualdad género asociada a contexto desfavorecido (necesidad sistema educativo potencie valores democráticos). Coeducar significa hacer una escuela más justa e igualitaria, dar un paso de escuela mixta a escuela coeducativa. Instituto Mujer 1983 art. 14 CE
Progresiva e ininterrumpida presencia mujer en educación como agentes dinamizadores y articuladores proceso cambio, pero continua invisible sexismo y resistencias al cambio
Cambio conciencia agentes transmisores cultura para identificar prácticas alternativas al orden social dominante
Análisis producción desigualdad (reflexiones autocríticas colectivas)
Intervenciones dirigidas a reconocer y valorar diferencias de género
Contradicciones discursos y práctica educativa diaria
Reforzar papel agentes externos capaces facilitar instrumentos y técnicas de análisis toma conciencia desigualdad género
En PEC analizar situación tratamiento género en prácticas educativas centro y contexto, y potenciar cambios en metodología docente y NCOF
Decisiones europeas en sentido igualdad género no se traducen en normativa estatal, y raramente se transfieren a sistema socioproductivo. CCAA importante papel al igual que Ayuntamientos
Pocos centros tienen un plan de igualdad de oportunidades (Instituto Mujer, 2005), avance modelos en libros texto pero continuidad elementos sexistas en curriculum escolar, se reconocen contenidos legislativos igualdad, pero no se participa de eventos contexto, se apuesta por escuela mixta pero no se ha dado el salto a escuela coeducativa (no actuaciones curriculares ni cooperación familiar, prácticas se diluyen en marco educación en valores)
En profesorado perduran percepciones tradicionales niñas vs niños, aunque en niños se aprecia igualdad percepción habilidades, destrezas y capacidades, habiéndose incrementado las vocaciones profesionales de chicos en programas tradicionalmente femeninos (menos frecuentes) y de chicas en programas masculinos, no suficiente material para que profesorado trabaje prácticas coeducativas pese a que actitud profesorado positiva, perviven en profesorado y alumnado estereotipos de género con interacción y expectativas diferenciadas.
La Educación en Igualdad se define como la propuesta metodológica de formación y educación de mujeres y hombres en las mismas condiciones y ofreciendo las mismas oportunidades a los grupos de ambos sexos (Guía de Coeducación, Instituto de la Mujer, 2007).
La Educación en Igualdad presta especial atención a la eliminación de estereotipos sexistas y lucha contra la discriminación hacia las mujeres y las niñas dentro de los centros de enseñanza. Busca, además, la implicación de toda la comunidad educativa: profesorado, alumnado, familias, tutoría legal, personal de los centros y toda la sociedad en general.
La Educación en Igualdad es un concepto dinámico que evoluciona de forma paralela a la sociedad. Según el Instituto de la Mujer (2007) se entiende por Educación en Igualdad “la propuesta pedagógica actual para dar respuesta a la reivindicación de la igualdad realizada por la teoría feminista, que propone una reformulación del modelo de transmisión del conocimiento y de las ideas desde una perspectiva de género en los espacios de socialización destinados a la formación y el aprendizaje”.
Las políticas empleadas por los gobiernos para hacer valer el principio de igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito educativo, varían de unos países a otros. En la actualidad en la mayoría de países analizados, el compromiso político en materia de igualdad de oportunidades queda reflejado en normativa específica, pero aún en otros países, estos principios se implantan a través de preceptos específicos en la legislación sobre las diferentes materias.
De manera independiente a la forma de regular el principio de igualdad de género en educación, la mayor parte de las políticas sobre Educación en Igualdad en Europa centran su atención en la erradicación de los roles y estereotipos sexistas tradicionales.
Para ello, según un informe de Eurydice sobre las diferencias de género en los resultados educativos se actúa sobre una serie de ámbitos como son el currículo, el clima escolar y la prevención de violencia de género y la representación de mujeres en los órganos de toma de decisión educativos, entre otros.
El marco teórico de las intervenciones en la Educación para la Igualdad se sustenta está en la tradición de la teoría feminista. Se parte de la idea de que el entorno es “sexista y no neutro”.
La escuela forma parte de este entorno y lo reproduce. Luego, no solo el alumnado debe ser sujeto de Educación en Igualdad, sino también el profesorado y, en general, el propio modelo educativo –el currículo escolar–.
Se exige un currículo educativo renovado que incluya la educación en valores como la igualdad, la tolerancia, el diálogo y resolución práctica de conflictos, teniendo en cuenta otros espacios y agentes de socialización respecto a los que se ha de actuar más allá de la escuela.
Su objetivo último se orienta hacia una transformación de las relaciones entre hombres y mujeres, pero también de los hombres, para que los roles se crucen y no exista una cosificación de las mujeres.
La resolución de los conflictos debe abordarse de forma pacífica y no violenta.
La situación de contexto indica que la educación es permeable a la persistencia de patrones culturales, sociales y familiares tradicionales, en los que siguen jugando un papel importante los roles y estereotipos de género, que perpetúan las desigualdades entre mujeres y hombres, por lo que es necesario profundizar en un modelo coeducativo que permita a cualquier persona desarrollarse personal y académicamente según su mérito y capacidad, sin condicionantes de género.
El ámbito educativo, junto al entorno familiar, es uno los espacios de socialización más significativos. La socialización es el proceso mediante el cual las personas interiorizan actitudes, valores, expectativas y comportamientos característicos de la sociedad en la que crecen.
Por tanto, en una sociedad donde a las mujeres y a los hombres se les asignan valores, normas y actitudes diferentes, las niñas y los niños aprenden que son en esencia (por naturaleza) diferentes y están llamados a desempeñar papeles también distintos en su vida adulta.
Es lo que se conoce como socialización diferencial: las personas, a partir de la influencia de los agentes socializadores, “adquieren identidades diferenciadas de género que conllevan estilos cognitivos, actitudinales y conductuales, códigos axiológicos y morales y normas estereotípicas de la conducta asignada a cada género”.
Así, los diferentes agentes socializadores (el sistema educativo, la familia, los medios de comunicación, el uso del lenguaje, la religión,…) tienden a asociar tradicionalmente la masculinidad con el poder, la racionalidad y aspectos de la vida social pública, como el trabajo remunerado o la política (tareas productivas que responsabilizan a los varones de los bienes materiales) y la feminidad con la pasividad, la dependencia, la obediencia y aspectos de la vida privada, como el cuidado o la afectividad (tareas de reproducción que responsabilizan a las mujeres de los bienes emocionales).
Aunque los roles tradicionales de género se van transformando lentamente, la socialización diferencial sigue teniendo un gran impacto en las experiencias educativas y académicas de las y los jóvenes.
Los datos del Informe PISA (2015) revelan que, a los 15 años, chicos y chicas ya tienen visiones distintas sobre sus capacidades y ellas se muestran menos satisfechas con la vida que ellos.
Los padres y madres también tienen diferentes expectativas para sus criaturas dependiendo de si son hombres o mujeres.
Asimismo, el informe PISA pone de manifiesto que el comportamiento y las actitudes de las chicas y los chicos, dentro y fuera del colegio, tienen un fuerte impacto en su rendimiento y confianza en el aula.
Uno de los ámbitos donde es prioritario incidir es en la educación afectivo-sexual y la prevención de la violencia machista.
De acuerdo con la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer 2015, el porcentaje de mujeres jóvenes de 16 a 19 años que han tenido pareja en alguna ocasión y que ha sufrido violencia de control en los últimos 12 meses asciende al 25%.
Por otro lado, la distribución desigual de mujeres y hombres en el conjunto de enseñanzas del sistema educativo (enseñanzas de régimen general y especial y universitarias) tiene un marcado ses go de género y es el origen de la segregación ocupacional del mercado laboral.
TEMA 14 OPOSICIÓN INSPECCIÓN PARTE PRIMERA
TEMA 14 OPOSICIÓN INSPECCIÓN PARTE SEGUNDA
TEMA 14 OPOSICIÓN INSPECCIÓN PARTE TERCERA
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